Y este es el último día que dejaré de ser sólo yo misma y completamente sola. A partir de mañana y del resto de mi vida, esta será compartida por otro compañero en este viaje eterno, del que todos hablan; aún no sé muy bien de la travesía, sólo mitos de esos que se susurran y se mezclan con lo bueno o malo de lo que se expresa. No sé si calzaré con el muchacho del lado, pero creo que fue elegido por alguna razón. He visto que algunos cambian de transporte o de copiloto, pero hay otros que llegaron a la meta con la misma persona. No sé cuál será mi destino, ni como llegaré; pero sé que dos hacen más fuerza que uno. Aún tampoco sé como manejar esto y lo admito, tengo miedo. Miedo de no saber si conduciré bien, si es que verdaderamente el propósito de ambos sea llegar a la misma meta; pero lo que más me aterra, es a saltar del camino y dejar la nave vacía. Continuaré este sendero a pesar de los miedos; tendré algo nuevo que aprender o reportar a diario; y lo más importante, tratar de llegar a mi destino con quien me ha elegido la vida.
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